Bienvenidos a VAPS - Dos Hermanas

Somos una asociación de padres separados que brindamos y solicitamos ayuda para defendernos de la situación humillante a la que nos vemos sometidos los hombres que hemos sido falsamente denunciados por violencia de género, tenemos dificultades para contactar con nuestros hijos tras la ruptura matrimonial o queremos cambiar la actual normativa vigente que relega al varón a ser un mero pagador de pensiones sin derecho a decidir sobre la educación de nuestros hijos.
VAPS no recibe subvención alguna para garantizar su independencia. Tampoco cobramos en forma alguna nuestros servicios profesionales de ayuda y asesoramiento. Nuestro único interés es la justicia social

¿Qué defendemos?

1. El establecimiento de la custodia compartida en las separaciones y divorcios contenciosos como norma general y sin trabas

2. La persecución de oficio de las denuncias falsas de malos tratos

3. La lucha contra el SAP (Síndrome de Alienación Parental)

4. El apoyo a padres maltratados tanto por sus parejas como por la Administración del Estado

jueves, 7 de enero de 2010

"Tiempo de Corsé" por la jueza Dª Beatriz Miranda Verdú

"Forma parte de la idea filosófica de Justicia, ese dar a cada uno lo suyo. No se puede juzgar
partiendo de estereotipos. Esto estaría más próximo a la injusticia que a otra cosa"
Beatriz Miranda Verdú, juez de Primera Instancia e Instrucción Nº 1 de Castuera. Miembro del Foro Judicial
Independiente.
"En las primeras escenas del clásico “Lo que el viento se llevó” aparecía la bella Vivien Leigh fuertemente agarrada
a los varales de una cama conteniendo la respiración mientras intentaban colocarle un corsé.
Esta prenda que antaño sirvió para afinar cinturas no ha perdido del todo su finalidad en los tiempos actuales. Si en
otro tiempo era utilizado por las damas para moldear su figura, hoy el corsé es impuesto para corregir supuestas
desviaciones. Se atiende más, quizá, a su sentido ortopédico.
A los hombres y mujeres que integramos la Carrera Judicial se nos obliga a utilizarlo. Cuanto más ceñido mejor,
cuanto más ajustado mejor; que no permita respirar, que no permita hablar, que no permita opinar.
Esto y no otra cosa es lo sucedido con el magistrado sevillano Francisco Serrano por expresar una opinión sobre el
funcionamiento y la realidad práctica en la aplicación de la Ley de Violencia de Género; una opinión que se ha
considerado “desviada”. ¡Que le pongan un corsé! –han gritado desde distintos frentes.
Los jueces y magistrados no sólo aplicamos la ley. Nuestro compromiso hunde sus raíces en la propia Constitución
Española. Nuestra primera obligación es guardar y hacer guardar la letra de la Norma Suprema frente a todos.
El artículo 20 de la cúspide del Ordenamiento Jurídico Español reconoce y protege, entre otros, en su apartado
primero, los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el
escrito o cualquier otro medio de reproducción. En su apartado segundo expresa, con toda claridad, que “el
ejercicio de estos derechos no pueden restringirse mediante ningún tipo de censura previa”.
Se configuran normativamente las libertades de expresión y opinión. Tales libertades no tienen forma de corsé.
Tampoco tienen ideología política alguna, por más que se empeñen algunos. No tienen sexo ni profesión. Desde el
momento en que el pensamiento y la opinión van indisolublemente unidas a la subjetividad, pertenecen a todo
individuo sin distinción alguna.
Quienes ejercemos el Poder Judicial tenemos también la obligación de poner sobre la mesa la realidad social. Ello
implica el análisis, la constatación y la medición del resultado que en el plano sociológico tienen las leyes que
aplicamos. Forma parte de la idea filosófica de Justicia, ese dar a cada uno lo suyo. No se puede juzgar
partiendo de estereotipos. Esto estaría más próximo a la injusticia que a otra cosa.
Las ventiscas soplan siempre hacia el tercer Poder del Estado con el propósito de aniquilarlo, arrancando libertades
y sancionando por no seguir la senda marcada. Afortunadamente, la responsabilidad nos hace pisar sobre terreno
firme y continuar por el único camino posible, el de la independencia. Y hacemos trizas el corsé. Así es la libertad
constitucional. Guste o no".

Juez Serrano