Bienvenidos a VAPS - Dos Hermanas
Somos una asociación de padres separados que brindamos y solicitamos ayuda para defendernos de la situación humillante a la que nos vemos sometidos los hombres que hemos sido falsamente denunciados por violencia de género, tenemos dificultades para contactar con nuestros hijos tras la ruptura matrimonial o queremos cambiar la actual normativa vigente que relega al varón a ser un mero pagador de pensiones sin derecho a decidir sobre la educación de nuestros hijos.
VAPS no recibe subvención alguna para garantizar su independencia. Tampoco cobramos en forma alguna nuestros servicios profesionales de ayuda y asesoramiento. Nuestro único interés es la justicia social
¿Qué defendemos?
1. El establecimiento de la custodia compartida en las separaciones y divorcios contenciosos como norma general y sin trabas
2. La persecución de oficio de las denuncias falsas de malos tratos
3. La lucha contra el SAP (Síndrome de Alienación Parental)
4. El apoyo a padres maltratados tanto por sus parejas como por la Administración del Estado
miércoles, 24 de noviembre de 2010
J.M. Aguilar Cuenca: Ahora se enteran ellos
TODOS lo sabíamos. Los psicólogos, los juristas, los educadores o los trabajadores
sociales. Todos, absolutamente todos, sabemos que la mejor opción para criar a un
niño es que ambos padres participen en esta tarea. Ha sido siempre así y, por más que
cambien las cosas, éste será un modelo ideal.
Tampoco es novedad el que, al salir a la calle, encontremos que también lo saben el
frutero, la panadera, el cartero o el linotipista. Lo que sí está resultando una sorpresa
mayúscula es que ahora lo descubran los políticos. De esta suerte, en el último año,
Aragón ha aprobado una reforma para que este modelo sea el preferente en los
divorcios de las parejas que allí residan y, en la misma dirección, se han sancionado
mociones a favor de la custodia compartida en menos de un año en Valencia, Líria,
Paterna, Jaén, Rota, Baños de la Encina, La Carolina, Medina del Campo, en las
juntas generales de Álava y Guipúzcoa, en El Casar de Escalona, Úbeda, Jódar,
Aldeaquemada, Villanueva del Arzobispo, Torreperogil, Navarra y Madrid, estando
pendientes de aprobar en numerosos pueblos de las zonas de la Vega Baja del
Guadalquivir y la Sierra Norte de Sevilla, varias diputaciones y ayuntamientos como
Vitoria, San Sebastián y Bilbao.
Lo menos que se le puede pedir a un político es que deje las cosas igual que las
encontró. Si la ciudadanía disfruta de un político que mejora aquello que un día cayó
bajo su mando podemos estar de enhorabuena. Todos sabemos que actualmente esos
políticos brillan por su ausencia, sustituidos por una caterva de aprovechados que
viene a hacer su particular agosto. Ahora tocaría introducir una frase que aclare que
no todos son así, pero como no quiero insultar la inteligencia del lector se la ahorro.
El problema que planteo aquí es por qué, siendo algo tan obvio el hecho de que hay
que procurar que un hijo disfrute de sus dos progenitores, no se da el paso de una vez
por todas a nivel nacional y, aún peor, por qué existen algunos grupos, muy
minoritarios y mayoritariamente femeninos, que se oponen a semejante avance social
con el dinero de todos nosotros.
1
Tal cantidad de iniciativas, todas en la misma dirección, ha provocado ya que los
niños que viven en Huesca tengan distintos derechos que los que viven en Mairena
del Aljarafe. Si pronto no se corrigen las cosas, el torrente de iniciativas, leyes,
reformas, decretos, medidas o cual sea la forma que adopten, hará que esas
diferencias se amplíen, llamando verde lo que en el pueblo de al lado se llamará azul.
Aún más anacronismo en una tierra que inventó las contradicciones.
Como esto es una cuestión política, para responder a semejante interrogante hay que
trasladar el foco de atención al dinero. El hecho de que se dificulte que dos personas
quieran dilucidar sus diferencias emocionales en un juzgado acarrea una inmediata
disminución en la facturación de todos los que trabajamos en o alrededor de la
Administración de Justicia. Menos minutas, horas de consulta y terapia, intervención
social, psicológica, educativa, mediadora, etc. Decenas de asociaciones de todo tipo y
un color mano sobre mano, o casi. La alternativa es sencilla: dejar que lo resuelvan
como hasta ahora es una fuente segura de riqueza, en tanto que ningún juzgado en el
mundo está hecho para resolver un problema emocional. Sería como querer abrir una
lata de conservas a martillazos. Estoy seguro que alguno lo va a lograr, pero también
tengo claro que se va a salpicar en el empeño.
En un momento en el que la economía necesita ser reactivada, la aceptación de los
políticos de la citada obviedad no puede ser más inoportuna. En el mundo de lo
ordinario, primero se crea la asociación y luego llega la subvención. En éste al que
nos referimos, primero llega la subvención y luego se hace la asociación oportuna.
¿Qué va a hacer ahora tanta asociación si le imposibilitan ganarse el pan con el
conflicto ajeno? Lo digo por las cientos nacidas al calorcito del dinero público. Sólo
en Andalucía hay 1.900 asociaciones de mujeres, de las cuales 1.400 reciben
subvención.
La incongruencia en el discurso político, según dónde habitemos los españoles,
provoca que el ciudadano no escuche correctamente, pero también es responsable de
que no entienda nada. Empero, ahora estamos en un nuevo estadio: la incongruencia
legislativa y, por consiguiente, la discriminación por razón de residencia, donde el
niño alicantino puede optar a la custodia compartida, aunque no haya acuerdo,
mientras el catalán tendrá derecho a un plan de corresponsabilidad parental, el
aragonés disfrutará de la custodia compartida como opción preferente y el resto
tendrá que comprobar cómo los usos decimonónicos siguen funcionando, otorgando
la custodia a la madre de forma automática. Como diría algún que otro anciano listo
de nuestra tierra: ¡Lío de país!
sociales. Todos, absolutamente todos, sabemos que la mejor opción para criar a un
niño es que ambos padres participen en esta tarea. Ha sido siempre así y, por más que
cambien las cosas, éste será un modelo ideal.
Tampoco es novedad el que, al salir a la calle, encontremos que también lo saben el
frutero, la panadera, el cartero o el linotipista. Lo que sí está resultando una sorpresa
mayúscula es que ahora lo descubran los políticos. De esta suerte, en el último año,
Aragón ha aprobado una reforma para que este modelo sea el preferente en los
divorcios de las parejas que allí residan y, en la misma dirección, se han sancionado
mociones a favor de la custodia compartida en menos de un año en Valencia, Líria,
Paterna, Jaén, Rota, Baños de la Encina, La Carolina, Medina del Campo, en las
juntas generales de Álava y Guipúzcoa, en El Casar de Escalona, Úbeda, Jódar,
Aldeaquemada, Villanueva del Arzobispo, Torreperogil, Navarra y Madrid, estando
pendientes de aprobar en numerosos pueblos de las zonas de la Vega Baja del
Guadalquivir y la Sierra Norte de Sevilla, varias diputaciones y ayuntamientos como
Vitoria, San Sebastián y Bilbao.
Lo menos que se le puede pedir a un político es que deje las cosas igual que las
encontró. Si la ciudadanía disfruta de un político que mejora aquello que un día cayó
bajo su mando podemos estar de enhorabuena. Todos sabemos que actualmente esos
políticos brillan por su ausencia, sustituidos por una caterva de aprovechados que
viene a hacer su particular agosto. Ahora tocaría introducir una frase que aclare que
no todos son así, pero como no quiero insultar la inteligencia del lector se la ahorro.
El problema que planteo aquí es por qué, siendo algo tan obvio el hecho de que hay
que procurar que un hijo disfrute de sus dos progenitores, no se da el paso de una vez
por todas a nivel nacional y, aún peor, por qué existen algunos grupos, muy
minoritarios y mayoritariamente femeninos, que se oponen a semejante avance social
con el dinero de todos nosotros.
1
Tal cantidad de iniciativas, todas en la misma dirección, ha provocado ya que los
niños que viven en Huesca tengan distintos derechos que los que viven en Mairena
del Aljarafe. Si pronto no se corrigen las cosas, el torrente de iniciativas, leyes,
reformas, decretos, medidas o cual sea la forma que adopten, hará que esas
diferencias se amplíen, llamando verde lo que en el pueblo de al lado se llamará azul.
Aún más anacronismo en una tierra que inventó las contradicciones.
Como esto es una cuestión política, para responder a semejante interrogante hay que
trasladar el foco de atención al dinero. El hecho de que se dificulte que dos personas
quieran dilucidar sus diferencias emocionales en un juzgado acarrea una inmediata
disminución en la facturación de todos los que trabajamos en o alrededor de la
Administración de Justicia. Menos minutas, horas de consulta y terapia, intervención
social, psicológica, educativa, mediadora, etc. Decenas de asociaciones de todo tipo y
un color mano sobre mano, o casi. La alternativa es sencilla: dejar que lo resuelvan
como hasta ahora es una fuente segura de riqueza, en tanto que ningún juzgado en el
mundo está hecho para resolver un problema emocional. Sería como querer abrir una
lata de conservas a martillazos. Estoy seguro que alguno lo va a lograr, pero también
tengo claro que se va a salpicar en el empeño.
En un momento en el que la economía necesita ser reactivada, la aceptación de los
políticos de la citada obviedad no puede ser más inoportuna. En el mundo de lo
ordinario, primero se crea la asociación y luego llega la subvención. En éste al que
nos referimos, primero llega la subvención y luego se hace la asociación oportuna.
¿Qué va a hacer ahora tanta asociación si le imposibilitan ganarse el pan con el
conflicto ajeno? Lo digo por las cientos nacidas al calorcito del dinero público. Sólo
en Andalucía hay 1.900 asociaciones de mujeres, de las cuales 1.400 reciben
subvención.
La incongruencia en el discurso político, según dónde habitemos los españoles,
provoca que el ciudadano no escuche correctamente, pero también es responsable de
que no entienda nada. Empero, ahora estamos en un nuevo estadio: la incongruencia
legislativa y, por consiguiente, la discriminación por razón de residencia, donde el
niño alicantino puede optar a la custodia compartida, aunque no haya acuerdo,
mientras el catalán tendrá derecho a un plan de corresponsabilidad parental, el
aragonés disfrutará de la custodia compartida como opción preferente y el resto
tendrá que comprobar cómo los usos decimonónicos siguen funcionando, otorgando
la custodia a la madre de forma automática. Como diría algún que otro anciano listo
de nuestra tierra: ¡Lío de país!