Bienvenidos a VAPS - Dos Hermanas
Somos una asociación de padres separados que brindamos y solicitamos ayuda para defendernos de la situación humillante a la que nos vemos sometidos los hombres que hemos sido falsamente denunciados por violencia de género, tenemos dificultades para contactar con nuestros hijos tras la ruptura matrimonial o queremos cambiar la actual normativa vigente que relega al varón a ser un mero pagador de pensiones sin derecho a decidir sobre la educación de nuestros hijos.
VAPS no recibe subvención alguna para garantizar su independencia. Tampoco cobramos en forma alguna nuestros servicios profesionales de ayuda y asesoramiento. Nuestro único interés es la justicia social
¿Qué defendemos?
1. El establecimiento de la custodia compartida en las separaciones y divorcios contenciosos como norma general y sin trabas
2. La persecución de oficio de las denuncias falsas de malos tratos
3. La lucha contra el SAP (Síndrome de Alienación Parental)
4. El apoyo a padres maltratados tanto por sus parejas como por la Administración del Estado
martes, 25 de mayo de 2010
Carta de Antonio García (AHIGE)
Quiero exponer las principales razones por las que estoy a favor de la Custodia Compartida Igualitaria como opción por defecto y cuáles son las circunstancias en que no puede darse.
1.- Porque las cifras actuales nos dicen que la vigente regulación no está sirviendo para avanzar hacia una sociedad en igualdad. Actualmente, más del 90% de las custodias son concedidas a las madres. Si queremos una sociedad igualitaria, en la que en ningún ámbito haya discriminación ni distorsiones estadísticas de género, aquí tenemos un claro ejemplo de lo contrario.
2.- Porque el razonamiento que se da, de que ya está prevista en la legislación, no es cierto. Actualmente, si la madre no manifiesta su acuerdo con la custodia compartida, ésta es inviable en la práctica (salvo casos que estén justificados por razones muy contundentes y que evidencien la imposibilidad o inadecuación de que la madre se haga cargo de las criaturas). Esto es una barbaridad jurídica y social. En ningún otro caso de nuestro sistema judicial, se deja a una de las partes en conflicto (sí, recordemos que esto se produce justo en el momento de mayor conflicto y dolor por la separación) que decida.
3.- Porque no es verdad que no responda a una necesidad social, como se ha dicho. Si no responde a un debate y una necesidad social, cómo es que tiene tantísima repercusión y, en los últimos años, han aparecido decenas y decenas de asociaciones de hombres por la custodia compartida. Hay manifestaciones, concentraciones, todo tipo de acciones en Internet, etc.
4.- Porque sí es verdad que, a falta de un posicionamiento claro por parte del movimiento feminista y de hombres por la igualdad, han sido los padres separados los que han tomado la bandera de la reivindicación. Pero esto en nada empaña la bondad de la medida, únicamente habla de un error estratégico por nuestra parte.
5.- Porque tampoco es verdad que sean los hombres maltratadores los que piden la custodia ¿Hay que recordar que los maltratadores no son, en ningún caso, más del 10% del total de los hombres? Por el contrario, en estos últimos años me he encontrado decenas de hombres honestos y muy alejados de ser maltratadores, que sufren profundamente por la situación de distancia y separación con respecto a sus hijos. Este tema se soluciona asegurándonos la imposibilidad de que un hombre con antecedentes (de indicios fundados, habla el texto aprobado por las Cortes de Aragón) de malostratos pueda acceder a la Custodia Compartida, pero nunca castigando a toda la población masculina.
6.- Porque no podemos seguir pidiéndole a los hombres que sean corresponsables y padres cuidadores para, a continuación, decirles que si se separan pierden todos sus derechos y nos retrotraemos varias décadas atrás, al Patriarcado puro y duro: ellos proveedores y ellas cuidadoras. En este sentido me uno a quienes, dentro del feminismo, piensan que la custodia para la madre es una esclavitud más para las mujeres.
7.- Porque no podemos establecer la pre-culpabilidad de todos los hombres. Es cierto que algunos hombres que piden la custodia, luego no la ejercerán debidamente. Creo que ninguna democracia puede hacer sospechosa a la mitad de su población. Si hay malas prácticas posteriores, los sistemas judiciales y de servicios sociales tienen instrumentos adecuados para solucionarlo y, si es procedente, anular la custodia compartida.
8.- Porque no hay razón ninguna para establecer unas condiciones diferentes para el ejercicio de la paternidad antes y después de la convivencia. Los criterios han de ser los mismos. Un padre inadecuado lo es durante la convivencia y después. Por tanto, si no ha habido ninguna resolución judicial en este sentido durante la convivencia, en un Estado de Derecho no podemos predeterminar anticipada y negativamente cuál va a ser el cumplimiento de un ciudadano.
9.- Porque estoy convencido que es una medida que favorece claramente la construcción de una sociedad igualitaria. El mensaje nítido que reciben padres y madres es que las/os hijas/os son plena responsabilidad de ambos. Si queremos incluir a los hombres en la construcción de la igualdad, no podemos seguir colocándoles la etiqueta de “sospechosos” y reducir sus derechos. Esto provocará, lógicamente, todo lo contrario, que los hombres sientan cada vez más rechazo hacia las políticas de igualdad y hacia el movimiento igualitario. El proceso de construcción de la igualdad no puede convertirse nunca en una “guerra” entre mujeres y hombres.
10.- Porque la custodia compartida igualitaria se plantea desde una profunda perspectiva de género. Se plantea que las leyes contemplen la estructura social patriarcal que determina la realidad de las personas en proceso de divorcio y la situación de discriminación estructural que sufren las mujeres, especialmente, a la hora de reincorporarse al mercado laboral.
Como habréis comprobado, no he hablado para nada del “interés superior del/a menor”. Esta es una cuestión que está siendo ampliamente manipulada por las partes y prefiero no entrar.
1.- Porque las cifras actuales nos dicen que la vigente regulación no está sirviendo para avanzar hacia una sociedad en igualdad. Actualmente, más del 90% de las custodias son concedidas a las madres. Si queremos una sociedad igualitaria, en la que en ningún ámbito haya discriminación ni distorsiones estadísticas de género, aquí tenemos un claro ejemplo de lo contrario.
2.- Porque el razonamiento que se da, de que ya está prevista en la legislación, no es cierto. Actualmente, si la madre no manifiesta su acuerdo con la custodia compartida, ésta es inviable en la práctica (salvo casos que estén justificados por razones muy contundentes y que evidencien la imposibilidad o inadecuación de que la madre se haga cargo de las criaturas). Esto es una barbaridad jurídica y social. En ningún otro caso de nuestro sistema judicial, se deja a una de las partes en conflicto (sí, recordemos que esto se produce justo en el momento de mayor conflicto y dolor por la separación) que decida.
3.- Porque no es verdad que no responda a una necesidad social, como se ha dicho. Si no responde a un debate y una necesidad social, cómo es que tiene tantísima repercusión y, en los últimos años, han aparecido decenas y decenas de asociaciones de hombres por la custodia compartida. Hay manifestaciones, concentraciones, todo tipo de acciones en Internet, etc.
4.- Porque sí es verdad que, a falta de un posicionamiento claro por parte del movimiento feminista y de hombres por la igualdad, han sido los padres separados los que han tomado la bandera de la reivindicación. Pero esto en nada empaña la bondad de la medida, únicamente habla de un error estratégico por nuestra parte.
5.- Porque tampoco es verdad que sean los hombres maltratadores los que piden la custodia ¿Hay que recordar que los maltratadores no son, en ningún caso, más del 10% del total de los hombres? Por el contrario, en estos últimos años me he encontrado decenas de hombres honestos y muy alejados de ser maltratadores, que sufren profundamente por la situación de distancia y separación con respecto a sus hijos. Este tema se soluciona asegurándonos la imposibilidad de que un hombre con antecedentes (de indicios fundados, habla el texto aprobado por las Cortes de Aragón) de malostratos pueda acceder a la Custodia Compartida, pero nunca castigando a toda la población masculina.
6.- Porque no podemos seguir pidiéndole a los hombres que sean corresponsables y padres cuidadores para, a continuación, decirles que si se separan pierden todos sus derechos y nos retrotraemos varias décadas atrás, al Patriarcado puro y duro: ellos proveedores y ellas cuidadoras. En este sentido me uno a quienes, dentro del feminismo, piensan que la custodia para la madre es una esclavitud más para las mujeres.
7.- Porque no podemos establecer la pre-culpabilidad de todos los hombres. Es cierto que algunos hombres que piden la custodia, luego no la ejercerán debidamente. Creo que ninguna democracia puede hacer sospechosa a la mitad de su población. Si hay malas prácticas posteriores, los sistemas judiciales y de servicios sociales tienen instrumentos adecuados para solucionarlo y, si es procedente, anular la custodia compartida.
8.- Porque no hay razón ninguna para establecer unas condiciones diferentes para el ejercicio de la paternidad antes y después de la convivencia. Los criterios han de ser los mismos. Un padre inadecuado lo es durante la convivencia y después. Por tanto, si no ha habido ninguna resolución judicial en este sentido durante la convivencia, en un Estado de Derecho no podemos predeterminar anticipada y negativamente cuál va a ser el cumplimiento de un ciudadano.
9.- Porque estoy convencido que es una medida que favorece claramente la construcción de una sociedad igualitaria. El mensaje nítido que reciben padres y madres es que las/os hijas/os son plena responsabilidad de ambos. Si queremos incluir a los hombres en la construcción de la igualdad, no podemos seguir colocándoles la etiqueta de “sospechosos” y reducir sus derechos. Esto provocará, lógicamente, todo lo contrario, que los hombres sientan cada vez más rechazo hacia las políticas de igualdad y hacia el movimiento igualitario. El proceso de construcción de la igualdad no puede convertirse nunca en una “guerra” entre mujeres y hombres.
10.- Porque la custodia compartida igualitaria se plantea desde una profunda perspectiva de género. Se plantea que las leyes contemplen la estructura social patriarcal que determina la realidad de las personas en proceso de divorcio y la situación de discriminación estructural que sufren las mujeres, especialmente, a la hora de reincorporarse al mercado laboral.
Como habréis comprobado, no he hablado para nada del “interés superior del/a menor”. Esta es una cuestión que está siendo ampliamente manipulada por las partes y prefiero no entrar.